Advertencia: si esta crítica del tratado “Gracias y Desgracias del ojo del Culo” de Don Francisco de Quevedo le pareciere de sumo interés, pues le sugiero la lea con tiempo y la atención que ameritan las obras literarias magistrales. Si le causa ofensa, pues se le sugiere imprima esta crítica, y/o compre la versión impresa de este tratado y literalmente límpiese el ojo del culo con ella.
De Seguro Don Francisco estaría dichoso si el lector tomase cualquiera de ambas opciones. Si no me cree, acá van las explícitas indicaciones de Quevedo:
“Si este tratado le pareciere de entretenimiento, léale y pásele muy despacio y a raíz del paladar. Si le pareciere sucio, límpiese con él, y béseme muy apretadamente”
¿Quien fue Francisco de Quevedo?
Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, o mas conocido como Francisco de Quevedo fue un escritor español nacido en Madrid el 14 de septiembre de 1580, en el seno de una familia hidalga. Quevedo vivió durante el “siglo de Oro” español (periodo histórico de bonanza de las artes y las letras castellanas, https://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_de_Oro), y junto a Miguel de Cervantes, Luis de Góngora y Lope de Vega produjeron las más importantes e influyentes obras de la literatura Hispana (https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Quevedo). Sus contribuciones destacan principalmente en la poesía, sin embargo, sus escritos cubrieron también la narrativa, el teatro, la política, la filosofía, la historia, e influyentes escritos de feroz pluma que abarcan lo impúdico, el humor, la burla y la sátira.
No cabe duda alguna que Quevedo, el maestro del Conceptismo (https://es.wikipedia.org/wiki/Conceptismo), no dio vista gorda a temas que otros evitaron, sino por el contrario los tomó, desmenuzó con hábil astucia, valentía y humor, y creó así una exquisita paleta de escritos sarcásticos, toscos y muy divertidos que deleitaron y deleitan a algunos [como por ejemplo los integrantes del ICEF], pero que ofendieron y ofenden hasta la médula a reyes, personajes políticos y editores. Hidalga valentía la de Don Francisco, que le valieron hidalgos problemas, entre otros varios encarcelamientos y reclusiones obligatorias a la Torre de Juan Abad.
Pero ya, ¡Basta de rodeos! ¡Vámonos al culo de Quevedo!
Las Gracias y Desgracias del Ojo del Culo
El ensayo “Gracias y Desgracias del Ojo del Culo”, dedicada a Doña Juana Mucha, Montón de Carne fue escrita por Quevedo en 1628.
El ensayo esta dividido en una primera parte sobre las Gracias del ojo del culo seguido de diecisiete Desgracias.
Las Gracias:
Quevedo, como nunca nadie había hecho, pone al ojo del culo en un gran pedestal.
Su primer argumento es que el ojo del culo ha sido reiterada e injustamente despojado de toda nobleza y virtud, siendo en realidad la zona más noble y virtuosa de todo el cuerpo.
¿Cuáles son esas virtudes y noblezas?
Quevedo parte esta justificación diciendo:
“[el ojo del culo] es el más perfecto y bien colocado del, y más favorecido de la naturaleza pues su forma es circular”
“su sitio es en el medio como el del sol”
“su tacto es blando”
“tiene un solo ojo….pues esto debe ser alabado, pues se parece a los ciclopes…[que] descendían de los dioses del ver”. Es aquí en donde Quevedo encuentra su primera y más importante fuente de inspiración: La comparación del ojo del culo con los ojos de la cara.
La argumentación de Quevedo en este punto comienza haciendo hincapié sobre el entorno, y en protección con las que cuenta el ojo del culo versus aquella de los ojos de la cara:
“[el ojo del culo] como cosa tan necesaria, preciosa y hermosa, lo traemos tan guardado y en lo más seguro del cuerpo, pringado entre dos murallas de nalgas, amortajado en una camisa, envuelto en unos dominguillos, envainado en unos gregüescos, abahado en una capa”
“[los ojos de la cara] que no hay paja que no los haga caballeriza, ni polvo que no los
enturbie, ni relámpago que no los ciegue, ni palo que no los tape, ni caída que no los
atormente, ni mal ni tristeza que no los enternezca.
Un punto muy importante de esta tesis es que Quevedo personifica al “señor Don Ojo del Culo” como un ente de extrema bondad, funcionalidad y pacifismo. Y nos argumenta que dichas características son inexistentes en los Ojos de la Cara, siendo estos unos busca-pleitos que mucho daño ya le han causado a la humanidad:
“[ojos de la cara] Por ellos hay enamorados, incestos, estupros, muertes, adulterios, iras y robos. Pero ¿cuándo por el pacífico y virtuoso ojo del culo hubo escándalo en el mundo, inquietud ni guerra?”
“Pruébenle al ojo del culo que ha muerto muchachos, caballos, perros, etc.; que ha marchitado hierbas y flores, como lo hacen los de la cara, mirando lo ponzoñosos que son: por lo que dicen que hay mal de ojo. ¿Cuándo se habrá visto que por ser testigo de vista hayan ahorcado a nadie por él, como por los de la cara, que con decir que lo vieron forman sus calumnias los escribanos?”
“Lo que dicen del culo (los que tienen ojeriza con él) es que pee y caga, cosa que no hacen los ojos de la cara; y no advierten lo cuitados que más y peor cagan los ojos de la cara y peen que no el del culo, pues en ellos no hay sueño que no lo caguen en cantidad de legañas, ni pesadilla o susto que no meen en abundancia de lágrimas, y esto sin ser de provecho, como lo que echa el culo, como ya queda probado.”
Y así continúa Quevedo hasta el cansancio con más parangones entre ambos ojos, reforzando aún más su tesis de que el Ojo más preciado es el del señor Culo.
La Nobleza del señor don Pedo
Para el deleite de los integrantes del ICEF, Quevedo nos describe una serie de Noblezas del señor don Pedo que trataré de simplificar en cinco Noblezas:
La primera nobleza del señor don Pedo (luego de destrozar las habilidades, recalcar las debilidades y describir lo villano de los ojos de la cara) es que ¡estos los suelta el culo y no los ojos de la cara!
La segunda nobleza del señor don Pedo, es que hacen al trasero digno de laudatoria, y donde quiera que se suelta el señor don Pedo anda la risa y la chacota.
La tercera nobleza del señor don Pedo es la importancia que su salida tiene para la salud. Don Francisco nos recalca: “Es tan importante su expulsión para la salud, que en soltarle está el tenerla”. Nos da él, además, una importante reseña histórica al recordarnos que Claudio Cesar, emperador romano, (https://en.wikipedia.org/wiki/Claudius) promulgó un edicto mandando a todos que NO DETUVIESEN el Pedo, conociendo lo importante que era dejarlo ir para la salud. Nota: Dudas le quedan a Quevedo si en efecto Claudio Cesar pensaba aquello, o si lo había hecho por su respeto y veneración que le debía al señor Ojo del Culo.
La cuarta nobleza del señor don Pedo, posiblemente la mas importante, es que el valor del Pedo es que él es una prueba de amor, y le cito textual: “[el señor don Pedo] es prueba de amor; pues hasta que dos se han peído en la cama, no tengo por acertado el amancebamiento; también declara amistad, pues los señores no cagan ni se peen, sino delante de los de casa y
amigos.” Que mejor muestra del valor en el amor y amistad de don Pedo que lo que ha generado en el mismísimo Invisible College of Experimental Flatology, que ha ampliado la amistad entre sus miembros y familias.
La quinta nobleza del señor don Pedo son los innumerables apodos que lleva:
Los de Quevedo:
“soltó un preso“
“fuésele una pluma“, como si el culo estuviera pelando perdices;
“tómate ese tostón“, como si el culo fuera garbanzal.
“cuesco”
“Entre peña y peña el alba, río que suena“.
“El señor don Argamasilla cuando sale chilla“.
Y alguno de los más actuales:
“soltó un gas”
“se mandó un tremendo follón el finado”
“el flato anal, el que sobrepasa al flato bucal”
“soltó un silencioso”, un Pedo sin olor, pero mortífero.
“soltó un Gregorio”, un Pedo que suena como si dijeses Gregorio repetitivamente.
Finalmente, Quevedo no peude evitar dejarnos con otra gran característica del ojo del culo y le cito:
“culos que se conocen, en la calle se saludan”
“que son saludadores compressis narebus Joven salutat, que en español quiere decir: represando las nalgas saluda a Júpiter, tratando de uno que se peió y por eso algunos le dan tanta antigüedad que dicen: ¿Qué tiene que ver el culo con el pulso? Como si dijeran de una cosa que no da cuidado ninguno y muy con verdad comparándola a otra que de cada accidente se desconcierta.”
Las Desgracias del Ojo del Culo:
Quevedo nos advierte que a pesar de que las gracias del ojo del culo son casi infinitas, nos advierte también que sus desgracias son solo diecisiete. Dejaré al lector que indague en estas desgracias todas, que aparecen más bien en los descontroles, negligencias y flojeras de quienes portan culo.
Mis preferidas son la segunda, la quinta (que hace referencia al Pedo), la novena (que hace referencia a los callos del ojo del culo de la mona), la duodécima, y sin dudas la última desgracia (que hace referencia a ….bueno mejor déjese de patanerías y vaya a leerla)
Para terminar, quisiera seguir los pasos de don Fco. de Quevedo y hacer referencia a una comparación hecha por otro grande de la literatura hispana, Don Jorge Luis Borges (https://en.wikipedia.org/wiki/Jorge_Luis_Borges).
Borges fue un fan acérrimo de Quevedo, convencido que existía una injusta omisión de su nombre en los centros literatos universales. Dicen que cuando le preguntaron a al joven Borges ¿cual obra literaria prefería? ¿la de Cervantes o la de Quevedo? Borges contestó diciendo ¡Quevedo, el literato de los literatos del Siglo de Oro!.